sábado, 13 de febrero de 2016

XIX. AVANCES DE LA PEDIATRÍA EN MAGALLANES (quinta parte)


            Las conductas sanitarias referidas al puerperio del primer cuarto del siglo XX también tenían sus particularidades. En cuanto a la ligadura del cordón, se preconizaba el uso de un cordón, pero (…) otros hacen la ligadura en tapon de champagne[1], otros con un palo de fósforo i enseguida lo quiebran para que no se mueva la ligadura del sitio en que se ha hecho. (…) Una vez ligado el cordon se piensa en la limpieza del niño que se hace con aceite de almendras para emulsionar el unto sebáceo. En la clientela privada se usa el jabonado i baño pero en la maternidades el baño se reserva unicamente a aquellos niños que presentan asfixia pálida y en los enfriamientos. (…) La curacion que se pone sobre el ombligo consiste en hacer una tocacion con tintura de iodo i envolver la punta del cordon con alcohol de 40 grados. Entre el cordon i la piel se coloca polvo i gasa sobre la cual se acuesta el cordon. Si en la inserción a la piel había supuración (…) se coloca nitrato de plata o protargol al 2% o colargol al 1-2 o 3 por ciento pero si no hai supuracion se le deja completamente seco[2].
            Medidas tan importantes -que hoy nos parecerían perogrulladas- como la organización de salas-cuna y guarderías, se debieron a la visión y compromiso social del notable cirujano y salubrista doctor Juan Damianovic Dukic. Fueron bastiones de primera línea, por decir lo menos, en la lucha contra el raquitismo y la desnutrición en general[3]. El año 1938 fue habilitada la Sala Cuna “Doctor Bencur” y el Jardín Infantil, iniciativa que correspondió al Servicio Sanitario Provincial, que había pasado a depender de la Jefatura Provincial de Protección a la Infancia y Adolescencia[4].
En los años de 1940 la responsabilidad de la atención ambulatoria general de los asegurados y, en lo que interesa a este libro, la de sus hijos en edad pediátrica, había pasado al Estado, que hacía recaer estas funciones en la Caja de Seguro Obligatorio. En 1944 el local que ocupan los servicios médicos de la Caja de Seguro Obligatorio, es reducidísimo. Las salas tienen dimensiones inadecuadas. Faltan salas de espera y la ventilación es deficiente. Los asegurados, que en invierno acuden en mayor cantidad, para resguardarse de la intemperie, pasan dos o más horas en las estrechas oficinas de la Caja. Los servicios de Madre y Niño también funcionan en salas reducidas. Las condiciones de la zona han hecho costumbre que cada madre, hasta la más modesta, tenga un cochecito-cuna para su bebé. Es de imaginarse entonces con cuántos de ellos se llenará una sala de no más de dieciséis metros cuadrados de superficie[5].
Se consideraba de gran importancia, y como lo fue en su tiempo, el sistema de educación cívica y sanitaria que podían proporcionar las colonias de vacaciones. Para este efecto se creó el Parque de Colonias Infantiles de Agua Fresca en terrenos que el Ministerio de Tierras y Colonización cedió a Sanidad. Esta iniciativa perseguía, a través de actividades recreativas fundamentalmente al aire libre:

a)      En lo educativo:
1°. Acercar al niño desde la primera edad a la naturaleza, enseñándole a vencer con sus propias fuerzas los elementos naturales, para que a la par que los domine con su inteligencia, los ame por la belleza y felicidad que proporcionan;
2°. Disciplinar al niño en el trabajo colectivo, al permitirle apreciar directamente, cómo con su pequeño esfuerzo personal aunado al de sus compañeros, realiza tantas tareas atrayentes;
3°. Crearle hábitos saludables y nobles.
b)      En lo sanitario:
1°. Permitir que los niños pasen anualmente un tiempo los más prolongado posible en vida de campo;
2°. Prevenir enfermedades.
3°. Curar estados de debilidad o de enfermedad en comienzo, con estadas en playa a régimen de cura.

El Parque Agua Fresca comprendía 70 hectáreas en que diversas entidades sociales tenían sus propios refugios. Es así como el Hospital de Asistencia Social contaba con capacidad para 27 niños, hijos o familiares del personal; la Municipalidad tenía capacidad para 20 escolares, y la Aviación 25; también tenían alojamientos la Beneficencia Escolar y la Junta de Auxilio Escolar, el Ejército, la Escuela Yugoeslava, la Escuela Industrial, la Guarnición de Carabineros y otras instituciones. El proyecto -del cual no tenemos información sobre su cumplimiento definitivo- era asimilable a una Ciudad del Niño inserta en un paraje boscoso y marítimo de gran belleza, y sería dotado de canchas de juegos, gimnasios y jardines. Su director era el Dr. Juan Damianovic en su calidad de Jefe del Servicio Sanitario Provincial de Magallanes, secundado por las enfermeras universitarias Claudina Álvarez Gallardo y Rosaura Díaz Cárcamo[6].




[1] Vino espumoso que se bebía por aquellos tiempos.
[2] C. Gómez y G. Morales. Op. cit. Pags.236 - 237.
[3] M. Martinic. Op. cit. Pág. 194.
[4] Revista “En Viaje”, febrero de 1944.
[5] Ibíd.
[6] Ibíd.

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