martes, 9 de febrero de 2016

XIX. AVANCES DE LA PEDIATRÍA EN MAGALLANES (cuarta parte)


            La viabilidad del feto según su edad gestacional ha presentado asombrosas y positivas variaciones. En la época en referencia no sólo se consideraba inviable un feto de pretérmino sino además había impedimentos legales para intentar su reanimación, como enseñaba Mönckeberg: Es viable aquel niño que puede vivir separado de su madre; segun la lei es viable un niño de ciento ochenta dias (seis meses). Segun la obstetricia es viable un niño a los doscientos diez dias, o sea a los siete meses. Los niños nacidos ántes de esta época sobreviven en rarísimas ocasiones[1]. Sin embargo, hai un caso (…) de un niño de novecientos cuarenta gramos, nacido en el quinto mes i que sobrevivió[2]. En cuanto a los embarazos triples, generalmente son niños mui prematuros que rara vez se conservan[3].
            Ya se tomaban en cuenta, sin embargo las enseñanzas de Pierre Budin (1846 - 1907)[4], quien observaba una mayor sobrevida de prematuros con aumento de la temperatura ambiental[5]:

                                              MORTALIDAD
Peso al nacer                            T° de 32°C ó menos                        T° 33,5°C
Hasta 1.500 gramos                          98 %                                            97,3 %
1500 – 2000   “                                 97,5 %                                         85,6 %
Mas de 2000  “                                 75 %                                            79,2 %

            Las tablas no resisten mayor análisis estadístico, radicando su valor más en la acertada intuición del investigador que en la evidencia científica.
Con el desarrollo y el estado actual de la neonatología, se podría decir que no hay límites para intentar salvar a un prematuro, independientemente de su edad gestacional y peso. En julio de 1999 nacía en Punta Arenas la niña   María Alejandra Sáez Paredes, quien aparte de su prematuridad era extremadamente pequeña para su edad gestacional, pesando al nacer 427 gramos, y midiendo 29 centímetros. Con el esfuerzo de sus padres y de todo el personal de la Unidad de Neonatología del Hospital Regional de Punta Arenas “Dr. Lautaro Navarro Avaria”, en donde se contaba con recursos tecnológicos de primer orden, y con el manejo adecuado de profesionales capacitados y motivados, María Alejandra era dada de alta a los 4 meses de vida, pesando 2.190 gramos y midiendo 42 centímetros. Al cumplir un año era foto de portada en La Prensa Austral, destacándose que se encontraba en perfectas condiciones de salud[6]. A los doce años vivía una vida normal, cursando quinto año básico en la Escuela Manuel Bulnes[7].
            Si bien hoy en día la mayoría de los partos se resuelven por cesárea, conducta por lo demás controvertida, parece ser que en tiempos del profesor Mönckeberg esta operación definitivamente no se efectuaba. Decían sus lecciones, refiriéndose al parto en presentación de vértice pero en  posiciones posteriores, que hai varias circunstancias que influyen en el pronóstico (…) haciéndola mas o menos grave; así las primíparas de mas de treinta y dos años tienen un pronóstico reservado (…). Tambien depende el pronóstico del tamaño del niño, especialmente si se trata de primíparas. Los niños mui grandes jeneralmente se mueren. Depende por último el pronóstico, de una serie de circunstancias, como ser: ruptura prematura de las membranas, mayor o menos duracion del parto, mayor o menor competencia de la persona que asiste[8]. En cuanto a la presentación de cara, la mortalidad para la madre llega a un dos por ciento i para el feto es mucho mayor, veinticinco por ciento o mas (…). La mortalidad del niño se esplica por la compresion del cordon, el cual puede insinuarse en los resquicios que deja la parte presentada produciendo procidencia y despues compresion[9]. Y así en las presentaciones de frente la mortalidad neonatal era de cincuenta por ciento y de veinte por ciento en la de nalgas. Cualquier situación de este tipo sería actualmente inaceptable, y aparte de la tragedia que significaría la pérdida de vidas humanas, los responsables tendrían que enfrentar más de algún proceso judicial.




[1] C. Gómez y G. Morales. Op. cit. Pág. 56.
[2] Ibíd. Pág. 298.
[3] Ibíd. Pág. 193.
[4] Médico francés, considerado el padre de la neonatología moderna.
[5] C. Cómez y G. Morales. Op. cit. Pág. 301.
[6] Diario “La Prensa Austral”, 12 de julio de 2000.
[7] Diario “La Prensa Austral”, 18 de noviembre de 2011.
[8] C. Gómez y G. Morales. Op. cit. Págs. 134 - 135,
[9] Ibíd. Pág. 145.

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