Por
1919 ejercía en Punta Arenas el doctor Daniel Acuña, trasladándose luego a Puerto
Natales, donde prestaba servicios rurales a las estancias de la Sociedad
Explotara de Tierra del Fuego. No siendo contratado por dicha empresa ganadera,
cobraba sus honorarios por cada atención. El siguiente episodio, citado a
Martinic, retrata su dedicación y sacrificio por cumplir con su desempeño
profesional, y también su empeño en ser retribuido en forma justa.
(…) fue llamado varias veces desde la zona
rural para prestar atención a heridos o enfermos, entre ellos a una mujer de la
estancia “Cerro Guido” que tenía síntomas de aborto, por lo que su caso era
urgentísimo, dada la pérdida de sangre. Para ello el doctor Acuña viajó en su
propio automóvil en el que demoró seis horas en llegar a la estancia (hoy día
puede hacerse el trayecto en menos de dos horas). Allí se enteró de que la
enferma era la esposa del ovejero Charles Wilson, cuya casa estaba muy distante
del casco principal. Cambió entonces de vehículo y luego de otras tres horas de
marcha, ya en plena noche, llegó al domicilio en que se esperaba con real
angustia. Cuatro horas después había concluido el procedimiento y consiguió
salvar la vida de la mujer. Sus honorarios en el caso fueron de 250 libras
esterlinas, de cuya cancelación demandó a la administración de la estancia,
desde donde se había hecho el llamado, pago que le fue negado por cuanto se
estimó que debía cancelar el ovejero Wilson. Acuña retornó enojadísimo a Puerto
Natales, porque además averió su automóvil al conducir sobre una huella
malísima y bajo una lluvia torrencial. Como el caso era parecido a otras
experiencias anteriores, el médico reclamó a la Gerencia de Punta Arenas el
abono correspondiente, afirmando que en lo sucesivo no concurriría a un nuevo
llamado sin que antes se le garantizara el pago de su servicio profesional.
Finalmente se le canceló lo cobrado, aunque se juzgó que se trataba de
honorarios muy elevados, y se le invitó a exponer las condiciones bajo las
cuales podría ofrecer sus servicios profesionales a las estancias[1].
Dr. Oscar Munizaga Ossandón |
Oscar
Munizaga Ossandón, llegado en la década de 1910, sucedió a Bencur como médico de ciudad y como Director Médico
de la Cruz Roja y a Ismael López como director del Hospital de Caridad.
En
1923 se desempeñaban los médicos Alberto Molina y Álvaro Sanhueza Líbano,
quienes efectuaron un estudio sobre la prevalencia del raquitismo entre la
población escolar[2]. En el transcurso
de esa década arribaron Irma Herrera Pérez, Osvaldo Muñoz, Alfredo Jiménez,
Carlos Uhrmacher, Mauricio Heyermann, Mateo Domic y Elena Ancic de Barrios, a
quien nos referiremos en el siguiente capítulo.
La
mayoría eran médicos graduados en el país, con excepciones como el doctor
Carlos Uhrmacher, quien se tituló en Berlín, y Mateo Domic con estudios en
Zagreb, Berlín y París. Este último fue el iniciador de la radiología en
Magallanes, luego imitado para sus consultorios e introduciendo equipos de
rayos X en ellos, por los doctores Alfredo Jiménez y Oscar Munizaga[3].
En Porvenir ejercía la profesión el doctor
Juan Garafulic, croata de nacimiento pero formado en Chile, que había llegado a
Punta Arenas en 1925 y que se instaló posteriormente, en 1928, en el poblado
fueguino, en el que permanecería por casi una década. En Puerto Natales ejercía
el doctor Eugenio Retamal desde principios de los años 20, quien prologó su
permanencia hasta 1930[4].
Terminamos
aquí esta reseña de los médicos que de una u otra forma pudieron haber influido
en la salud de los niños, y con el menor o mayor detalle sobre cada uno de
ellos según los datos de que disponemos. A contar de la doctora Ancic de
Barrios nos abocaremos solamente al trabajo profesional de los pediatras, salvo
aportes significativos al bienestar sanitario infantil de otros especialistas o
médicos generales.
Felicitaciones por tu acuciosa investigación, transmite el respeto y cariño a tu profesión, me has tenido toda la mañana del domingo leyendo. No había comentado antes, porque me gusta leer y comprender la lectura. (Ahora demoro un poquito más hacerlo). Saludos y continuaré esperando la próxima entrega.
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