sábado, 22 de agosto de 2015

VII. LAS MATRONAS Y LOS MATRONES (segunda parte)


            En la segunda etapa -a fines del siglo XIX- comenzaron a llegar las matronas con preparación universitaria, siendo posiblemente las primeras doña Clorinda Valenzuela y doña  Matilde del Río, ambas en 1894.
            Con fecha 29 de junio de 1894, el Supremo Gobierno nombró matrona para que prestara sus servicios en la colonia de Magallanes a doña Clorinda Valenzuela, con el sueldo que le asigna el ítem 6° de la partida 3ª del Presupuesto de Colonizacion[1].
En el periódico “El Magallanes” se daba la noticia de la llegada de Matilde del Río:
            Matrona de ciudad. En el “Iberia” ha llegado á Punta-Arenas la señora Matilde del Rio, nombrada matrona de la ciudad de Punta-Arenas.
            Copiamos las siguientes lineas que darán una idea de su competencia en el ramo, y tomadas de la Union de Valparaiso.
UNA DISTINGUIDA GINECOLOGISTA CHILENA.
            La Sra del Rio obtuvo el título de matrona en nuestra Universidad allá por el año de 1881, estableciéndose y habiendo ejercido su profesion en ésta con mui feliz éxito hasta principios de 1886, época en que se trasladó á Europa, de su propia cuenta, a perfeccionar sus estudios y dedicarse á la ginecología, ramo que perfeccionó en sumo grado.
            Mediante su contraccion y constancia al estudio y al trabajo, le cupo la honra de ser alumna interna de la Clínica Baudelocque, en Paris á cargo del profesor Dr. Pinard[2]. Nos hacemos un deber en dar á conocer á nuestros lectores algunos de los certificados, altamente honrosos, que los profesores franceses han dado á nuestra compatriota, que mediante la amabilidad de un distinguido facultativo hemos podido obtener.
            El profesor Dr. Segoud, sabio ginecologista frances dice:
            “El infrascrito, profesor agregado de la Facultad, cirujano de los hospitales de Paris certifica que la Sra. Matilde del Rio ha seguido mis conferencias y mis operaciones ginecológicas con la mayor atencion durante el año escolar de 1889-90.-Dr. Segoud.”
            -Ahora oigamos al Dr. Pinard:
            “El abajo firmado, profesor de clínica obstétrica de la Facultad de Medicina de Paris, certifica: que la Sra. Matilde del Rio ha seguido mi servicio con la mas escrupulosa exactitud y mis lecciones con la mas viva atencion y aprovechamiento durante el año escolar 1889-90.
            En fé de lo cual le doy el presente certificado.-Hecho en Paris el 4 de Agosto de 1890.-Firmado.-A. Pinard.”
            Ahora, y por último, veamos lo que dice Mme. Roze, ginecologista jefe de la maternidad y clínica de Paris:
            “La infrascrita, matrona en jefe de la clínica Baudelocque, certifica: que la Sra. Matilde del Rio ha seguido el servicio necesario, tanto práctico como teórico, con el mayor grado de atencion y completa exactitud, durante el año 1889-90.- Firmado.-L. Roze.”
            Próximamente la Sra. Del Rio publicará su dirección para las personas que deseen ocuparla. Entre tanto está instalada provisoriamente en la casa de don Guillermo Bloom[3].
"El Magallanes" septiembre de 1894
Al parecer, como profesional se las traía, a juzgar por la siguiente inserción en el periódico:
Considero un deber humanitario y mas que todo un deber de hombre agradecido el hacer público mi reconocimiento hacia la señora Matilde del Rio, matrona de esta ciudad, con motivo de lo acontecido á mi señora esposa en su último alumbramiento. Guiado por un deseo de economía sin considerar el peligro á que esponia á mi señora, consentí en mala hora fuera atendida por una inescrupulosa partera, la que en su supina ignorancia tuvo á mi señora á las puertas de eternidad y sin el auxilio inmediato y mediante solo á la reconocida competencia de la señora del Rio, pudo despues de largas horas de trabajo, devolverme á dos seres queridos cuya muerte contaba ya por segura en medio del llanto y tribulaciones de mis hijos.
Tiempo es ya de que el pueblo se persuada de las tremendas consecuencias que puede acarrear ese mal entendido espíritu de economía, y se convenza que las tales parteras son una verdadera plaga que debe estirparse de una vez para siempre.
                                                                                                Pedro Ojeda[4]
Un parto complicado, sin duda, que así como seguramente en otros, doña Matilde supo sortear con buen resultado. Notable, si se toma en cuenta que en ese tiempo todos los partos, simples o complicados, se resolvían en los domicilios. Esto sucedía por costumbre, por preferencia de las familias, y consideramos que por sobre todo porque en Punta Arenas no había hospital, ni menos se practicaban operaciones cesáreas. Más allá del agradecimiento del señor Ojeda, su nota valoriza a la matronería como profesión, dejando por demás el mensaje subliminal de que debía ser remunerada con justicia.




[1] R. Vera. Op. cit. Pág. 423
[2] Adolphe Pinard, destacado profesor, inventor del “estetoscopio de Pinard” para la auscultación de los latidos cardiofetales.
[3] Periódico “El Magallanes”, 26 de agosto de 1894.
[4] Periódico “El Magallanes”, 5 de mayo de 1895.

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