Pedro Sarmiento de Gamboa |
Pedro Sarmiento
de Gamboa había sido enviado por el Virrey del Perú en 1580, con la misión de
perseguir al corsario Drake, y de pasada explorar el Estrecho de Magallanes[1].
A Drake no lo encontró, pero se obsesionó con la idea de poblar las márgenes
del estrecho, y se presentó ante el rey Felipe II en busca de apoyo y
financiamiento para esta empresa. Así fue como a fines de 1581 se preparó una
escuadra como pocas veces vista: zarparon finalmente de España veintitrés
navíos con tres mil personas, entre los cuales iban -o venían- soldados,
marineros, oficiales, clérigos, letrados y familias completas, pero aparte de
un barbero, quien por lo demás desertó en Río de Janeiro, no se sabe del
embarque de ningún médico. En cuanto a medicinas, solamente consta la presencia
de dos bultos, a todas luces insuficiente para la envergadura de la empresa y
los años que permanecerían en ella[2].
Los reyes de España |
Las desgracias
de Sarmiento, quien valga decir que no venía como jefe de la expedición sino
como Capitán General del Estrecho de
Magallanes y Gobernador de lo que en
él se poblare, se comenzaron a desencadenar en este viaje. Resumiremos
diciendo que entre vendavales, naufragios, escorbuto y pestes, abandonos y
traiciones, poco más de dos años después de zarpar de España, ingresaron al
estrecho sólo cinco naves y unas quinientas personas.
Como broche
final de la llegada de los restos de esta flota, habiendo alcanzado hasta la
bahía de San Gregorio, una tempestad los hizo retroceder y por poco no los
arrojó nuevamente hasta el Atlántico. Es ahí que Sarmiento, probablemente
presionado por la desesperación de su gente y de su propia desazón que llegaba
al límite de lo humanamente sostenible, decidió fundar -en forma que se
demostraría apresurada-, muy próxima a la boca oriental -probablemente en la hoy Punta Dungeness- del
Estrecho de Todos los Santos, o de Magallanes, la Ciudad del Nombre de Jesús[3].
En sus inicios -1584-
la población constaba de ciento ochenta y tres soldados, sesenta y ocho
pobladores varones, trece mujeres, once niños y dos negros. Entre los colonos
quedaban dos frailes, y como hemos dicho, no venía ningún médico. Se construyó,
eso sí, un rudimentario hospital. Los mencionados niños terminarían por
engrosar la mortalidad infantil de Magallanes, que a la sazón llegó al 100 %
entre los hijos de los colonizadores europeos. Claro es que no sólo murieron
los niños, sino también casi todos los adultos, en una tragedia que duró seis
años, contados hasta el rescate del último de los dos únicos sobrevivientes.
Las causas de estas muertes están en algunos casos bien establecidas, pero en
la mayoría no se pasa de meras conjeturas. Qué incidencia tuvieron en ellas las
enfermedades infecciosas, es algo difícil de determinar[4].
En lo que
interesa para este libro, cabe destacar que a la fecha del zarpe de España
cundía por el continente europeo una pandemia de influenza con alta mortalidad
llamada Gran Catarro, de la cual no sobrevivió ni la reina, y el Rey Felipe II
estuvo a punto de sucumbir. No hay registro de enfermos entre los embarcados,
aunque es de toda lógica pensar que habría más de algún afectado, durante o
previo al viaje. Hay quienes postulan que dicha virosis pudo provocar un estado
de debilidad tal sobre individuos crónicamente desnutridos, que pudo ser
determinante en la mortandad de los colonos en el Estrecho de Magallanes[5].
No obstante, estimamos que es médicamente poco sostenible que la influenza
tenga secuelas tan tardías.
La peste bubónica |
También se
presentaba por aquellos años en España un brote de peste, que corresponde a la
peste bubónica, esencialmente transmitida por las pulgas de ratas. Sin embargo,
ni los detallados informes posteriores de Sarmiento, ni del sobreviviente Tomé
Hernández parecen dar cuenta de esta enfermedad que hubiese sido fácilmente
reconocible. Por otro lado y de ser así, su persistencia hubiera sido muy poco
probable, puesto que es sabido que en Magallanes las pulgas no sobreviven[6]
[7].
[1] J.
M. Barros: PEDRO SARMIENTO DE GAMBOA. AVATARES UN CABALLERO DE GALICIA. Págs.
77 - 86.
[2] M.
Martinic. Op. cit. Págs. 56 - 57.
[3] M.
Vieira. Aquí estuvo España.
[4] M.
Vieira. Ibíd.
[5] R.
Domínguez. La pista médica del desastre de la expedición de Sarmiento de Gamboa
al Estrecho de Magallanes.
[6] M.
Vieira. Op. cit.
[7] R.
Domínguez. Op. cit.
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