martes, 26 de mayo de 2015

III. SARMIENTO DE GAMBOA Y LA MORTALIDAD INFANTIL (segunda parte)


Estudios de osamentas encontradas en uno de los sitios en que pudo haber estado Nombre de Jesús, entre las cuales se cuenta la de un niño de aproximadamente doce años, muestran signos de osteoporosis probablemente secundaria a carencias nutricionales. Lo más llamativo son las manifestaciones de infecciones óseas, no bien especificadas. Tal vez osteomieletis bacteriana, o más probablemente tuberculosis.

Dos meses después de la fundación de la primera ciudad, y tras una penosa marcha de más de trescientos kilómetros, con sólo cincuenta embarcados en la única nave que les quedaba, Sarmiento fundó en Bahía Buena la Ciudad del Rey Don Felipe, la cual también contó con hospital. Dicho sea de paso, éstos fueron los dos primeros hospitales de la futura Región de Magallanes. Los niños probablemente habían quedado casi todos en Nombre de Jesús, aunque algún cronista habla de que en el duro invierno que siguió (desde fines de abril les nevó durante doce días seguidos), el pan en Rey Felipe se daba sólo a los niños y enfermos.
 

En distintas publicaciones han sido barajadas otras causas de muertes[1]. Tendríamos que descartar de plano la leyenda de la muerte por inanición. Sarmiento describe la abundancia de recursos prácticamente al alcance de la mano, como caza de venados (probablemente huemules) y lobos marinos, mariscos, frutos silvestres, pesca. Algunos pasajes, de tanto su relato como el de Tomé Hernández[2], describen algunos períodos de hambruna, tanto que hubo un caso de antropofagia, pero parecen haber sido los menos. En la marcha de Nombre de Jesús a Rey don Felipe debieron comerse las cabras y los perros, pero ninguno murió de hambre. En los largos meses de invierno el procurar alimentos se hacía más difícil, especialmente por desconocimiento de la zona, y hubo algunos, los menos, que murieron efectivamente de hambre. Hubo muertes violentas por ataques de indígenas, accidentes, homicidios y ajusticiamientos.  Es muy probable que, al menos en algunos casos, la hipotermia haya sido la causa determinante de muerte. Por último, la intoxicación por marea roja ofrece un cuadro clínico atrozmente  catastrófico, y difícilmente pudo haber pasado sin otorgársele la debida importancia en los relatos de los sobrevivientes[3].
Puerto Hambre
Foto del autor

A los dos meses de haber fundado Rey Don Felipe,  Pedro Sarmiento se embarcó con la idea de regresar a Nombre de Jesús, pero al aproximarse al Atlántico lo sorprendió una tormenta que terminó por forzarlo a navegar hasta Río de Janeiro. Pasó el resto de su vida obsesionado por la idea de volver a rescatar o enviar auxilios a sus compañeros, pero nunca lo logró. Estos últimos fueron muriendo, a consecuencia de violencias, frío y dolencias no bien precisadas. Las enfermedades infecciosas que pudieron haber traído de España, como viruela o tuberculosis, no aparecen descritas en las publicaciones revisadas, con excepción del dato arqueológico de las de las infecciones óseas. Es de común conocimiento que el clima frío patagónico austral es poco favorable a la propagación de dolencias infecciosas. No existen insectos vectores. Claro, algunos habrán fallecido de enfermedades, pero fueron sin duda los menos. Entre los niños probablemente hizo estragos la alimentación inadecuada, pobre en vegetales, leche y vitaminas. Lo cierto es que a los dos años desde la fundación de Nombre de Jesús ya habían muerto todos, errando de un lado a otro unas veinte personas, incluyendo tres mujeres. Entre los adultos, si no la mayoría, por los menos una buena parte debió sucumbir ante la desazón de sentirse abandonados, sin voluntad para luchar, muriendo de desesperanza[4].




[1] R. Domínguez. Ibíd.
[2] J. M. Barros. Primer testimonio de Tomé Hernández sobre las fundaciones hispánicas del Estrecho de Magallanes.
[3] M. Vieira. Op. cit.
[4] M. Vieira. La lucha contra las enfermedades infecciosas de los niños en la Región de Magallanes (parte I).

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