También
floreciente empresario, la imprenta en que se forjaba El Magallanes era de su propiedad. Y cosa curiosa para un médico,
aparte de tener allí su consultorio privado, el local también tenía otros
giros, como que figura en los registros como Cantina-Imprenta Lautaro
Navarro y Cía[1].
En el mismo Precursor se destacaba la noticia de que
había sido nombrado Alcalde 1° del
territorio, siguiéndoles como 2° y 3° los señores Rómulo Correa y Juan
Bitsch. En febrero del año siguiente, Navarro volvía a ser noticia. A fines de
ese mes se había producido un gran incendio forestal que abarcaba desde la
ribera norte del río de las Minas hasta Río Seco, arrasando campos, casas y
aserraderos, atizado por vientos huracanados. Hubo heridos, quemados y muertos
abrasados por las llamas. Dificultosa fue la tarea de rescatar a los
sobrevivientes. Acompañaban la primera
comisión el médico de ciudad D. Lautaro Navarro A. y el cirujano 1° de la
Cañonera Magallanes, Doctor don Manuel Valencia, quienes prestaron los mas
oportunos servicios con una abnegacion y desprendimiento dignos del mayor
elogio[2]. Don Juan
Bitsch -propietario de un aserradero- y su familia se salvaron sumergiéndose en
el riachuelo de Tres Puentes.
Cofundó también
la Primera Compañía de Bomberos. Participó activamente en la administración
pública, llegando a ser secretario de la Comisión de Alcaldes y gobernador
interino durante un año, miembro destacado del Consejo Departamental de Hijiene y de la Junta de Beneficencia,
cargo este último desde el cual fue determinante en la creación de un hospital
provisorio en 1899, y uno definitivo en 1906. Combatió la viruela, llegando a
vacunar gratuitamente en su domicilio[3]. Como lo
anterior fuese poco y a pesar de todo el tiempo le alcanzaba, dirigió el Censo Jeneral del Territorio de Magallanes,
completísima obra que guarda valiosa información y que se mantiene y se
mantendrá como fuente de información para estudiosos de la historia austral.
Por último, creó la Biblioteca Pública Municipal.
Periódico "El Magallanes" Mayo 1894 |
Atendía a sus
pacientes en su consultorio, y fue el primero que se ofrecía con publicidad en
el periódico[4].
Dos hospitales
de Punta Arenas han llevado -con toda justicia- su nombre: el Hospital Regional
de Punta Arenas “Dr. Lautaro Navarro Avaria”, que funcionó entre 1952 y 2011, y
el Hospital Clínico de Magallanes “Dr. Lautaro Navarro Avaria”, en funciones
desde diciembre de 2011, en coincidencia con el centenario de su fallecimiento.
Contemporáneamente
con Fenton y Navarro, fueron pocos los médicos que llegaban a establecerse en
este territorio, y en casos fundados se recurría a “Comisiones médicas” a Magallanes dispuestas por el Supremo Gobierno
cuando se temía el ingreso epidémico del cólera morbus. Entonces llegó el Dr.
Luis Molinare, que trajo como ayudantes a dos alumnos avanzados de medicina,
Joaquín Luco y Caupolicán Pardo, y al doctor Luis Aguirre Cerda. Permanecieron
en Magallanes desde setiembre de 1892 hasta mediados de 1893. A fines del año
siguiente arribaron los doctores Luis Middleton, Joaquín Luco y E. Plaza, que
permanecieron hasta mayo de 1895. Posteriormente estuvieron comisionados por
breve tiempo los doctores Luis Puyó Molina (1896), Santiago Mac Lean (1897) y
Benjamín González Lagos entre otros, desde 1900 a 1902[5]. Entre esta suerte de aves de paso es posible
que algunos hayan atendido niños, aunque parece poco probable, puesto que su
función parecía ser más atingente a la salubridad pública que a lo asistencial.
Con excepciones, como se verá.
Con
el desarrollo de las grandes estancias ganaderas fue aumentando la población
rural, en base a los trabajadores de las mismas, algunos con sus familias. Los
grandes consorcios estimaron oportuno contratar médicos que aminoraran los efectos
del aislamiento sanitario.
Así fue como en 1898 la Dirección General de
la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego (…), conjuntamente con el
vecindario de Porvenir, contrató al doctor W. E. Peacock, británico, para
atender sus necesidades sanitarias. Por ese mismo tiempo también arribó el
médico alemán Daniel Diehl para ejercer su profesión en la zona centro-oriental
continental de Magallanes, con sede en la comarca de Morro Chico, contratado,
al parecer, por la Gobernación del Territorio, como efectivamente se hizo años
después, en 1903, con otro médico alemán, el doctor Ernesto Fraenkel, para
desempeñarse en el importante distrito colonizador de Última Esperanza, que
entonces se hallaba virtualmente aislado de Punta Arenas, el núcleo metropolitano
territorial.
Este sistema de contratación
profesional debió mantenerse por largo tiempo, al menos por parte de la
Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego. (…) para mediados de la década de
1910, el doctor R. Joliffe y el Dr. Widow ejercían en Tierra del Fuego, así
como lo hacía el doctor William H. France para la zona patagónica oriental, con
residencia en Punta Arenas, y el doctor Ildefonso Díaz y Pereyro para Última
Esperanza, con residencia en Puerto Natales (1917). Hacia 1918 igualmente residía
en este pueblo el doctor Ernesto Wlotzka, cuyo ejercicio profesional también
pareció comprender la zona rural tributaria, inclusive más allá de la frontera
internacional[6].
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