sábado, 28 de noviembre de 2015

XII. LA VIRUELA Y EL FIN DEL CACIQUE MULATO (primera parte)


         Es posible que el primer indígena que sucumbió a la viruela fuese Boat Memory, uno de los cuatro niños yámanas raptados por FitzRoy en 1826. Se contagió y murió en Inglaterra, siendo salvados los demás al ser vacunados. Ya hacia 1875, algún visionario -tal vez el recién arribado Dr. Thomas Fenton- había impulsado una campaña de vacunación antivariólica en Punta Arenas. Desconocemos su cobertura ni la eficacia que tuvo, pero tiene que haber sido un avance[1].
Esta enfermedad hacía aparición en Punta Arenas, o al menos hay datos sobre este año como primer brote epidémico, en 1894, en que se presentó con caracteres de relativa benignidad, como veremos[2]. La forma en que apareció es digna de mención, por dos motivos. El primero de ellos es que fue precedida de voces de alarma, ante la falta de vacunas disponibles:

Dr. Lautaro Navarro Avaria

Hacen ya dos años que la Junta de Vacuna no envia á Magallanes un vacunador para inocular el virus a los niños que en buen número han nacido durante este período de tiempo.
Seria pues, este el momento oportuno de que la Junta Central del ramo enviara un empleado para que ademas de vacunar a todos los niños de la poblacion, recorriera los campos en que se encuentran numerosas personas que no han recibido este beneficio[3].
Aunque por felicidad la viruela no ha entrado en Magallanes, sin embargo no deben descuidarse las vacunaciones porque hay siempre mucho movimiento de personas que entran y salen del Territorio y en cualquier instante podria desarrollarse una epidemia de viruelas, para la que conviene estar prevenidos[4].
El segundo motivo de notabilidad fue la hipocresía con que se presentó la viruela:
Deciamos en nuestro penúltimo número que comenzaba á desarrollarse en Punta Arenas una epidemia de varicela o viruela loca, de la que en esa fecha habia algunos enfermos.
Con los datos suministrados por el médico de ciudad Dr. Navarro, dimos una reseña jeneral de la enfermedad y del sencillísimo tratamiento que debía usarse para los afectados.
El número de casos no ha aumentado considerablemente y todos los que en esa fecha se hallaban enfermos, están ahora en plena mejoria.
Posteriormente algunas personas de las familias en cuyas casas se ha desarrollado la enfermedad, han caido bajo ella, pero sin que revista caracteres de gravedad. Hasta ahora, según sabemos, los atacados por la epidemia no pasan de doce á quince y ninguno ha muerto.
Tenemos el encargo de afirmar nuestra asercion anterior al decir que no se trata de ninguna manera de viruela verdadera, como algunas personas lo creen, alarmando infundadamente á las familias, sino en una simple epidemia de varicela, que aunque por sus manifestaciones esternas parece una afeccion mui grave, sin embargo no lo es[5].
Craso error, al menos en apariencia[6]. Una semana después se rectificaba:
Deciamos en nuestros números anteriores que se habia desarrollado una epidemia en Punta Arenas que el médico de ciudad, Dr. Navarro, calificaba, en vista de los primeros casos observados, de varicela. (…).
Posteriormente ha aparecido un nuevo caso, tan característico, que el mismo médico de ciudad declara que se trata de verdadera viruela. El Dr. Don Florencio Middleton que tuvo ocasión de visitar a esta última enferma se presentó á la Gobernacion denunciando el hecho de que se trataba de viruela y en vista de él se nombró una comisión compuesta del referido Dr. Middleton, del médico del “Karnak” y del médico de ciudad para que en junta reconocieran á la enferma é informaran sobre el verdadero carácter de la epidemia. Los tres informes (…) afirman que la epidemia actual es viruela.




[1] M. Martinic. LA MEDICINA EN MAGALLANES. Pág. 99.
[2] M. Martinic. Op. cit. Pág. 84.
[3] No sabemos si entre las “personas” se incluía a los indígenas libres o a los que se encontraban en proceso de civilización en las misiones.
[4] Periódico “El Magallanes”, 30 de septiembre de 1894.
[5] Periódico “El Magallanes”, 21 de octubre de 1894.
[6] En medicina “nunca digas nunca”.

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