martes, 15 de diciembre de 2015

XII. LA VIRUELA Y EL FIN DEL CACIQUE MULATO (sexta parte)


Por ese tiempo solía aparecer por Punta Arenas el célebre tehuelche Mulato, quien era conocido por su afabilidad y bonhomía, ganándose el cariño y respeto de los habitantes de Punta Arenas, quienes lo recibían gustosamente en sus visitas a la ciudad. Su nombre indígena era Chumjalawün, era hijo del cacique Casimiro Biguá y sucesor de su hermano Papón desde 1892. Instalaba sus tolderías, como buen nómade que era, entre el valle del río Zurdo y Dinamarquero, llegando en ocasiones hasta las inmediaciones nortes de Punta Arenas. En 1895 informaba el periódico:

Ayer llegó a Punta Arenas el cacique Mulato con unos 10 indios de su tribu.
Ha venido á Punta Arenas para vender pieles y plumas y comprar ropas, víveres, armas, etc.
Reside actualmente con su reducción de indios que se compone de unos 200 individuos de ambos sexos, en el punto denominado Mapa de los guanacos.
Aunque hombre de alguna edad ya, se conserva mui bien y su figura corpulenta, su tez cobriza, sus facciones bien marcadas, revelan en él un hombre de cierta superioridad[1].
Tan adaptado estaba a las costumbres del hombre blanco, que optó a concesión de tierras, haciéndose estanciero. Para tal fin viajó nada menos que a la capital de la República, cosa impensable que lo hubieran hecho antes los indígenas -al menos por su propia voluntad- como se muestra en la crónica siguiente:
Sabemos que el cacique Mulato, una de las personalidades patagonas, emprenderá próximamente un viaje á Santiago acompañado de cuatro de los mas bellos mocetones de la tribu que domina.
Ya el Supremo Gobierno ha dado al Gobernador de Magallanes la autorización respectiva para contratarles sus pasajes de ida y vuelta.
Creemos que el público santiaguino recibirá con sumo agrado  la visita de estos naturales del confin austral de la América, visita primera que hacen á la capital, pues hasta ahora solo han visto por allá araucanos, pero jamás patagones.
La figura de Mulato es altamente simpática. Reune en sí la suavidad de facciones, al par que la enerjia.
Los mocetones que lleva son tipos escojidos entre las bellezas patagonas.
Sentimos que no vayan algunas muchachas, que las hai harto bien parecidas.
No dudamos que será bien recibido.
El objeto de su viaje es obtener que se deje á su tribu un campo para pastorear sus yeguadas y poder dedicarse á la caza del guanaco y de la avestruz[2].
Y volvía a Punta Arenas el cacique a mediados de septiembre, siempre con la idea de viajar a la capital de la república:
El cacique Mulato llegó a Punta Arenas unos dias ántes de las fiestas patrias y se quedó hasta el mártes pasado para asistir á ellas. Trajo consigo como mas de veinte personas entre hombres y mujeres.
(…)
Volverá en quince dias mas con su hijo, otro moceton y un intérprete chileno, para en seguida trasladarse á Santiago con el objeto de visitar á S. E. el Presidente de la República.
Como ya hemos dicho ántes, Mulato no es un indio vulgar y el objeto de su viaje á Santiago es obtener un lote de tierras para su reduccion de indios, lo que seria mas que justo concederle, pues Mulato y su tribu han dejado de ser indios salvajes é indómitos y quieren establecerse de fijo en un campo (…)[3].



[1] Periódico “El Magallanes”, 3 de marzo de 1895.
[2] Periódico “El Magallanes”, 21 de abril de 1895.
[3] Periódico “El Magallanes”, 20 de septiembre de 1895.

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