La obertura del
drama que se avecinaba se conocería en el crudo invierno de 1895, con la
información de que El Huemul llegó en la
tarde de ayer de bahia Inutil. Por su capitan sabemos que con motivo del
invierno riguroso hai asilados en la hacienda de la Sociedad Esplotadora de
Tierra del Fuego unos 165 indios fueguinos, los que reciben allí algún
alimento. De ellos son 50 hombres y los demas mujeres y niños.
La noticia daba
cuenta de una situación inusual, puesto que los sélknam habían tenido costumbre de cobijarse bajo sus refugios y al
calor de sus hogueras durante miles de años, no obstante la rigurosidad del
clima. Tampoco era costumbre que se reuniera tal cantidad de individuos, puesto
que sus hábitos eran agruparse en clanes separados, de no más de una veintena
de personas cada uno, entre adultos y niños. Todo indica, entonces, que fueron
llegando paulatinamente y en pequeños grupos hasta los galpones de la estancia.
Podríamos dejar planteada, en consecuencia, la hipótesis de que más que el
frío, lo que los convocó fue la escasez de alimentos. Es posible, por un lado,
que hayan mermado las manadas de guanacos al ser cazados por los ganaderos, y
por el otro, a sabiendas del castigo a que se exponían por carnear ovinos, no
se hayan atrevido a hacerlo. Y esta
horrible helada afectó también a los ya escasos onas que, desafiando la
intolerancia de los blancos, se allegaban sumisos a las estancias para implorar
un pedazo de carne[1].
El Huemul quiso traerlos á Punta Arenas, conforme
con las instrucciones que habia recibido de la Gobernacion, pero á causa de un
fuerte temporal del S. O. tuvo que salir de bahia Inútil y mantenerse á la capa
durante toda la noche (…) y como continuara el mal tiempo, regresó a Punta
Arenas.
Hoy zarpará el Huemul para traer á Punta Arenas
algunos indios y en seguida irá el Toro con igual comision[2].
Otro indicio de
las intenciones de las autoridades se colegía del aviso de prensa del mismo
día:
AL PUBLICO
Las personas caritativas que deseen contribuir a
proporcionar vestido al grupo numeroso de indios fueguinos que debe llegar
mañana a la colonia, pueden enviar a la Gobernacion ropa vieja y telas
abrigadoras.
Los hacendados é industriales que quieran ofrecer
trabajo en sus establecimientos a familias indíjenas, deberan inscribirse en la
Gobernacion.
Traídos, por
fin, a Punta Arenas 164 indios fueguinos,
de la raza Ona, éstos se descomponen
asi:
Menores de 1 año………………..24
De 1 á 15………………………….46
Hombres de 15 á 20……………..22
Mujeres id…………………….…..33
Hombres de 20 á 25……………..25
Hombres mayores de 25 años…...4
Se aprecia un 43
% de niños menores 15 años, 76 % de 20 años y menos, y un 2,4 % de ancianos, es decir, mayores de
25 años. Esta pequeña muestra, si bien no estadísticamente significativa,
revela una tendencia en que había, por un lado, un alto porcentaje de niños, y
por otro, que las expectativas de vida de los fueguinos eran bajísimas[3].
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